De los anuncios de champú, laca, espuma y la santa madre que los parió a todos. Los odio por sus mentiras, por esas melenas lustrosas y llenas de brillo con las que yo solo puedo soñar. Cuando salen en la tele todas las modelos (la rubia, la morena y la pelirroja) con unos cabellos largos y sedosos que parecen tener vida propia... Ah... ¿Qué queréis que os diga? Yo las rapaba a todas.

De todas formas, no nos engañemos... Sí hay gente con un pelo preciosísimo y sedosísimo y más -ísimos de esos que yo jamás tendré. Gente que estoy segura de que no valora lo que tiene, gente que no sabe lo que es levantarse por las mañanas con un nido de pájaros en la cabeza.
¿No os ha pasado nunca? Os peináis por la noche y, a la mañana siguiente, vuestro pelo podría servir perfectamente de algodones para hámsters. A veces me pregunto si algún duendecillo se cuela en mi habitación para hacerme nudos en la cabeza o para usarme de escoba. O tal vez mientras duermo doy más vueltas en la cama que la niña del exorcista.
En fin, el caso es que, cuando me ocurre esto (o sea, siempre), tengo tres opciones:
A) MOÑO
Ahora se lleva mucho el moño despeinado. A mí me encanta, a ti te encanta, a todo el mundo le encanta. El problema está en que lo de "despeinado" es otra mentira (por favor, basta ya). Sabemos que cada mechón de los que te caen por la cara "de cualquier manera" está más que estudiado.
Hay gente con suerte en la vida que es capaz de recogerse el pelo en quince segundos y le queda un moño de puta madre que le dura ocho horas. A mí esto me pasó una vez, pero me lo hice para estar por casa. Cuando intenté hacérmelo bien para salir a la calle, me salió un churro. Jamás he vuelto a conseguir que me salga ese moño perfectamente despeinado. A veces creo que incluso lo he soñado. ¿Soy la única a la que le pasa? Decidme que no, por favor.
B) PLANCHA
No podría vivir en una época en la que no existiera la plancha del pelo. O la plancha en general, porque en mi juventud, mi madre igual planchaba una camisa que me planchaba la melena. Lo sé, un disparate, pero se me quedaba como una tabla, palabra.
La plancha quema el pelo, eso ya lo sabemos, pero es que si no la usara no podría salir a la calle. No me vengáis con que es perjudicial abusar de ella, no admito réplicas. Ya me gustaría a mí veros en mi situación cada mañana. ¡Tsss! He dicho que no. Ni una palabra.
C) ESPUMA / FIJADOR / LACA
Vale, ahora es cuando todo el que iba a criticarme por la opción B me dice "¡ah, amiga! Esto ya es otra cosa". Pues sí, es verdad, a veces prefiero usar otras alternativas a la plancha. Pero suele ser por falta de tiempo o por el maldito calor, no por la salud de mi pelo. A mi pelo que le jodan, que me las hace pasar putas. No es liso ni rizado, no está ni aquí ni allá. Es un híbrido deforme, un bastardo sin escrúpulos que se mofa de mí.
Me gustaría tener rizos a lo Giorgi, ese gel que fija tu atractivo (si lo tienes, eso no lo dicen en el anuncio). Con la espuma se me rizan las puntas, pero lo de arriba, lo más cercano a la raíz, sigue encrespado y sin volumen; con el fijador el pelo se me queda crujiente y, en lugar del deseado efecto mojado (y natural. Tooodo es natural en la publicidad), parece que me ha lamido una vaca; y la laca... Me asfixia. Si cierro los ojos, no atino. Si no los cierro, me la acabo metiendo en los ojos. Una nube tóxica me rodea, empiezo a toser y acabo hasta el mismísimo de ese bote que no hay por dónde cogerlo. Los "abuelillos" no se me sujetan porque yo no necesito laca, necesito Super Glue.
En resumen, el uso de estos tres potingues puede hacer que acabe con el pelo sucio, más enredado y lleno de horquillas como una cría de cinco años. ¿Resultado? Me lavo la cabeza y vuelta a empezar.
Y espérate, porque aún no he hablado del secador. Tienes el pelo mojado y dices... ¡Venga, que hoy voy a intentar darme volumen! Te pones bocabajo en modo avestruz, enchufas el aparato y... No, no te mires directamente al espejo cuando te levantes. El león de la Metro es un pequeño gatito a tu lado. Otra opción para el volumen es el cardado, pero... no pienso hablar de ella. Me niego porque no quiero repetirme con lo del nido para pájaros.
Lo del pelo es una decepción constante. Las expectativas son altas, pero la realidad es muy diferente. Ves un video en Youtube de una chica que es... ¡como tú! ¡Y tiene las mismas herramientas que tú! ¡Y usa los mismos productos de Deliplus que tú! ¡Y su peinado parece fácil! Y te dices "Dioses, ahora sí, esta vez puedo hacerlo. Por fin podré llevar algo que no sea el pelo suelto o recogido en una coleta improvisada. Por fin podré hacerme una trencita mona, un pequeño tupé, unos tirabuzones de ensueño, unas ondas surferas (¡y naturales!). Sí, la suerte me sonríe. Si esa chica ha podido, ¡yo también puedo...
...perder los nervios y darme cuenta de que soy una completa inútil!".
Después de casi una hora dedicada al pelo, me doy cuenta de que es misión imposible y de que, seguramente, a Miguel Ángel le costó menos pintar la Capilla Sixtina. Es muy probable que a él ni siquiera le gotearon los pinceles. ¿Pero en mi caso? Mi cuarto de baño acaba lleno de pelos suficientes como para que la gente crea que le he puesto moqueta.
Después de casi una hora dedicada al pelo, me doy cuenta de que es misión imposible y de que, seguramente, a Miguel Ángel le costó menos pintar la Capilla Sixtina. Es muy probable que a él ni siquiera le gotearon los pinceles. ¿Pero en mi caso? Mi cuarto de baño acaba lleno de pelos suficientes como para que la gente crea que le he puesto moqueta.

Por eso no hay que ver los anuncios de mundos de fantasía donde todas las mujeres tienen el pelo de Barbie. Bueno, por eso y porque son un puñetero coñazo. Todo el mundo sabe que los cortes de publicidad solo sirven para ir al baño o coger algo de chocolate de la nevera hasta que empiece de nuevo Anatomía de Grey. Esa serie en la que las doctoras se levantan a las 5:00 AM y les queda humor (y talento) para ponerse unos rulos o hacerse recogidos que aguantan hasta veinte horas de guardia.
Sí, muy natural todo. Como la vida misma.
BAH.
Sí, muy natural todo. Como la vida misma.
BAH.